Menton
31 de Octubre de 1891
Amados amigos:
Estoy supremamente agradecido por haber podido telegrafiar a Londres para avisarles que no estoy exhausto por mi viaje de mil millas, sino que antes bien he sido reconfortado por él. Les escribí diciendo que ésto era ‘casi milagroso’, y mi querido hermano me hizo ver que podría dejar fuera el ‘casi’, y así ahorrar los dos peniques que corresponden a la tarifa por palabra. Bien, en verdad me parece que está más allá de todo lo que habría podido pedir o siquiera pensar. ¡Bendito sea el Señor sanador!
Estoy pendiente y en espera de noticias de casa que sean tan notables en relación a un avivamiento en el Tabernáculo, como lo son estas nuevas de parte mía en cuanto a mi restauración de la salud. Espero ahora grandes cosas en conexión con las labores del doctor Pierson y las de todos mis amigos en casa. Ya me han llegado buenas noticias en lo tocante a la utilidad de los sermones impresos; pero anhelo más. Divulgar mis sermones, es ayudar a la causa de la manera más eficiente. Orar pidiendo una bendición, es participar en ella. ¿Por qué no habríamos de ver una renovación de la fe, una nueva entronización de la verdad, un profundo y difundido avivamiento de la religión en casa, y un gran avance de las misiones en el extranjero? ¡Herederos del reino celestial, de acuerdo a su fe, así les sea dado a ustedes!
Su consiervo
C. H. Spurgeon
viernes, 6 de agosto de 2010
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