jueves, 10 de junio de 2010

El doctor A. T. Pierson de Filadelfia ministró en el Tabernáculo Metropolitano mientras duró toda la última enfermedad de Spurgeon, y se quedó por un tiempo adicional después de su muerte. En una carta a su revista de Estados Unidos envió el siguiente comentario: “Este Tabernáculo Metropolitano es muy enfáticamente una casa de oración… se elevan oraciones casi incesantemente. Cuando no hay una reunión, hay otra. Éste es un enjambre de abejas, donde hay comparativamente pocos zánganos. Hay reuniones de oración antes de la predicación, y otras después de la predicación… No nos sorprende que el ministerio del señor Spurgeon haya sido tan bendecido. Él mismo lo atribuye principalmente a las prevalecientes oraciones de su pueblo. Toda la Iglesia de Dios podría aprender algo del Tabernáculo Metropolitano de Londres en cuanto al poder de la simple predicación del Evangelio apoyada por súplicas creyentes. Refiriéndonos a esta grandiosa iglesia, uno no puede olvidar tampoco su misión divina como protesta viva contra la secularización de la casa de Dios por medio de las atracciones del arte mundano y del esteticismo. Aquí no hay nada que distraiga la mente de la simplicidad de la adoración y del Evangelio… En mi opinión, esta lección es aplicable a toda la obra para Cristo, en todas partes. Nuestra confianza para atraer almas al Evangelio y al Salvador está puesta en demasía en los encantos de este mundo. El Espíritu Santo no tolerará nuestros ídolos. Si queremos tener un tipo de música secular y artística, sustituyendo con arte profano la simple alabanza; si queremos tener elaborados rituales en lugar de la simple oración creyente; si quisiéramos tener elocuentes conferencias en lugar de la simple predicación sincera del Evangelio, no ha de sorprendernos si los fuegos sagrados no arden en nuestros santuarios… Tal vez la razón por la que la obra de Dios muestra más signos de Su presencia y de Su poder en el extranjero más que en los servicios del santuario en casa (más en Londres que en los Estados Unidos) en parte se debe a que la obra de misión foránea no se ha visto avergonzada todavía por esos elaborados intentos de atracción estética que convierten a muchas de nuestras iglesias de casa en salas de conciertos, salones de conferencias y costosos clubes”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha bendecido tanto lo que estas haciendo hermano, Dios pueda ayudarte Siempre, cada día que escucho o leo aquellas predicaciones soy enormemente bendecido sigalo haciendo hermano, de verdad has bendecido a muchos.

Saludos desde Chile.