Cuando estaba postrado en cama, Spurgeon podía solicitar la ayuda de los ancianos y de los pastores asistentes para los diversos departamentos de la obra. Su hermano, James, fungió desde 1868 como copastor, ayudando grandemente con la administración de las instituciones, y también Charles contaba con el apoyo de un par de secretarios, especialmente de su ‘escudero’ Joseph Harrald.
En medio de la enfermedad, Spurgeon era reconfortado al saber que la obra estaba siendo sostenida por personas que compartían su celo y sus convicciones, y que sentían un gran amor personal por él. A pesar de todo eso, mucho del peso y de la responsabilidad del trabajo recaía todavía sobre sus hombros, y mencionó una vez haber creado una maquinaria gigante que lo habría de triturar. Sin embargo, estaba convencido de que la iglesia tenía que estar avanzando siempre y encontrando nuevas avenidas de servicio para dar gloria al Señor y esparcir el Evangelio. El suyo fue un ministerio de constante ampliación y crecimiento.
El trabajo del Tabernáculo era muy vasto. Spurgeon predicaba con frecuencia diez veces a la semana, tanto en el Tabernáculo como en otras congregaciones. La escuela dominical se reunía por la tarde, a la cual asistían más de mil niños, que eran instruidos por más de cien miembros de la iglesia. Spurgeon alentaba y organizaba a los miembros de su iglesia en diversas actividades evangelísticas que tenían lugar los domingos por la tarde y la noche, especialmente en obras que trataban de socorrer a los pobres. En el año de 1884, al menos mil miembros del Tabernáculo salían para dirigir un igual número de reuniones en diversas partes de la ciudad. A partir de 1870, cada tres meses Spurgeon les pedía a todos los miembros de la congregación que no asistieran el domingo por la noche al servicio, para que hubiera espacio para que los inconversos oyeran el Evangelio. El tabernáculo se llenaba por completo. Muchas personas estaban también involucradas en actividades que establecían vínculos con las diversas comunidades del sur de Londres.
La iglesia tenía muchas instituciones que necesitaban la constante asesoría de Spurgeon, tales como el Colegio del Pastor, el asilo de ancianos, el orfanato, la Asociación de Colportores y muchas sociedades evangelísticas y caritativas, que eran normalmente presididas por ancianos. Para cuando Spurgeon ya llevaba veinticinco años siendo pastor, había 66 instituciones a su cargo. El Colegio del Pastor generaba una gran cantidad de trabajo para Spurgeon, no solamente en las entrevistas regulares, conferencias y supervisión general, sino también en los empeños y cuidados de las iglesias fundadas por los antiguos estudiantes. Éstos fundaron más de 200 iglesias en Londres y condados circunvecinos, a la par de algunas 40 misiones. Algunos exalumnos del Colegio eran apoyados también, como parte de la obra misionera del Tabernáculo, en África, China, India y otros lugares.
La obra literaria de Spurgeon fue inmensa. Escribió más de 140 libros, publicó la revista mensual La espada y la cuchara desde 1865, y editó un sermón semanal, y es sabido que los sermones gozaron de una distribución considerable. Asombrosamente, todavía le quedaba tiempo para responder un promedio de 500 cartas cada semana.
Spurgeon procuraba dejar libres los miércoles de la semana, para que fueran sus días de descanso, pero raramente lograba descansar. En una ocasión escribió: “Ningún ser viviente conoce el trabajo pesado y los cuidados que tengo que enfrentar… tengo que cuidar el orfanato, tengo a mi cargo una iglesia que cuenta con cuatro mil miembros, algunas veces hay matrimonios y entierros que tengo que presidir, está el sermón semanal que tengo que revisar, tengo que editar la revista La espada y la cuchara, y además de todo eso, tengo que responder un promedio de quinientas cartas semanales. Esto, sin embargo, no es sino la mitad de mi responsabilidad, pues hay innumerables iglesias establecidas por amigos, con cuyos asuntos estoy estrechamente vinculado, para no mencionar los casos difíciles que me son referidos constantemente.”
Spurgeon empezó a visitar el sur de Francia a partir de 1871 por unas cuantas semanas durante el invierno para aliviar el dolor de su condición. Estando allí, sin embargo, su trabajo no se detenía. Dirigía las oraciones matutinas, a las que asistían unas 60 personas. Continuaba revisando el sermón semanal y editaba la revista. También continuaba escribiendo algunos libros, como fue el caso del volumen siete del Tesoro de David. Cuando no se sentía tan mal, predicaba en iglesias locales.
Las cartas que hemos estado publicando muestran el gran amor entre el pastor y su congregación, su firme y constante deseo de estar de regreso con ellos, y su preocupación por los ministerios del Tabernáculo. Las cartas muestran cómo alentaba a su pueblo, revelan sus exhortaciones a una celosa actividad, y suministran algunas de las clásicas citas de Spurgeon: “Mantengan las reuniones de oración a la temperatura de la sangre”. Las cartas proporcionan una perspectiva única de la ferviente actividad que era, junto con la predicación, una característica principal de una iglesia calvinista histórica.
jueves, 22 de enero de 2009
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4 comentarios:
A. Roman. Saludos. He estado leyendo las cartas de Spurgeon tan bien traducidas (se reconoce el incomparable lenguaje de Sp.)Sabe donde pudiera comprarlas en libro en ingles? Quise comprarlas al mismo Tabernaculo pero en el Web. no tienen forma de aceptar mis dolares. Gracias y prosiga, Dios quiera que muchos puedan leer esas traducciones.
Bendiciones,
Humberto.
El libro es publicado por THE WAKEMAN TRUST, en Londres. Se titula: 'The suffering letters of C. H. Spurgeon. Annotations by Hannah Wyncoll. El sitio Web es:
www.wakemantrust.org Allí le indican dónde puede conseguirlo. También si les envía un correo electrónico al Tabernáculo Metropolitano, estoy seguro que tratarán de ayudarle. El correo está señalado en el sitio del Tabernáculo.
El libro incluye dos sermones editados, bastante resumidos, de Spurgeon: The Seven Sneezes (los siete estornudos) y Satan's Punctuality, Power and Purpose. Ambos están traducidos en el sitio.
Muchas gracias por sus comentarios sobre la traducción.Le envío un cordial saludo. Allan Román
Muchas gracias hermano Roman, voy a tratar de comprarlo. Su sitio es una joya. Leyendo los sermones de Spu. pense que algun dia yo podria escribir una biografia sacada principalmente de ellos por su gran vida cristiana, pero me parece que con su pag. web no hace falta. Yo lei de alguien que en espanol ya lo estaba haciendo.
Sería muy interesante extraer de los sermones, todos aquellos pasajes que hablan sobre el propio pastor Spurgeon, su familia, e incidentes de viajes y comentarios personales. Es un ángulo que no se ha explorado ni siquiera en el mundo anglosajón. He leído por allí que algunos han intentado o intentan hacerlo.
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