Después de la muerte de su hermano James y de sus hijos gemelos Tom y Charles (no idénticos), encontramos a sus descendientes esparcidos a todo lo largo de la Comunidad Británica. Aunque hoy día casi cualquier directorio telefónico de cualquier país anglófono contiene una lista de personas con el apellido Spurgeon, sólo unos cuantos son descendientes directos de Charles Haddon Spurgeon. El resto son descendientes de otras líneas de los Spurgeon que llegaron de Holanda más o menos al mismo tiempo que los antecesores de Spurgeon.
De los descendientes de Spurgeon, después de la muerte de su hermano James y de sus hijos Thomas y Charles, es digno de mención Harold Spurgeon, el hijo de Thomas. Al igual que su padre, poseía el don de la poesía y se convirtió en un experto en letras clásicas y fue exegeta de griego. En 1916 se incorporó al Colegio Bautista Irlandés como tutor, y nueve años después fue nombrado Director. Laboró allí hasta 1963. Solía predicar una vez al año en el Tabernáculo Metropolitano. Era un calvinista convencido. Ha sido descrito como “un hombre de granito que lloraba como un niño”. Se parecía a su abuelo en su aspecto, siendo la única diferencia que no usaba barba. Harold fue el primer ‘inconforme’ o ‘no-conformista’ que recibió la licenciatura en teología del Trinity College, Dublín.
En cuanto a la familia de Charles Jr., su hija, Dorotea Spurgeon casó con el Reverendo A. Cunningham-Burley, un ministro bautista. Fueron depositarios de muchos artículos personales y cartas de Spurgeon. Escribió un libro: Spurgeon y sus amistades.
Aparentemente, los únicos descendientes identificables son el señor y la señora J. Archer Spurgeon, nietos de su hermano James. Estamos hablando de los años alrededor de 1990. Aparentemente, en Australia, también hubo algunas bisnietas, de nombre, Dorothy Jackson, Ruth Saffrey, Edith Jackson y Grace Green. Estas cuatro hermanas fueron hijas de James Jackson y Minnie. James fue el hijo de Rebeca, hermana de Charles Haddon Spurgeon.
Todos nosotros podemos ser de alguna manera descendientes de Spurgeon, pero en un sentido espiritual. Esto quiere decir algo más que leer sus sermones o algunos otros libros. Significa algo más que suscribir su calvinismo evangelístico, o que estar de acuerdo con la posición que asumió en la ‘Controversia del declive’.
Lo importante es dar a conocer las doctrinas, predicar el Evangelio completo, sin despojarlo de nada: el hombre, el pecado y la gracia; la Deidad; la persona y la obra de Cristo; la obra y la personalidad del Espíritu Santo; la vida individual y corporativa del cristiano; la segunda venida de Cristo y la consumación de todas las cosas. Todo esto predican y enseñan los verdaderos descendientes de Spurgeon.
Pero, ¿qué pasa con aquellos que no pueden predicar? Pueden dar testimonio, como lo hizo Spurgeon, en el tren, en el metro, en autobuses, en las tiendas, en otros lugares públicos, en barcos y en cualquier lugar que se presente la oportunidad.
¿Qué les diría Spurgeon a sus descendientes espirituales hoy, si estuviera aquí? Seguramente, con las palabras de su “manifiesto final”, La mayor lucha del mundo, diría: “Salgan con los escuadrones de los piadosos, y que cada hombre sea fuerte en el Señor, y en el poder de Su omnipotencia. Como hombres resucitados de los muertos, salgan en el poder vivificador del Espíritu Santo: no tienen ninguna otra fuerza. Que la bendición del Dios trino descanse en ustedes, en todos y en cada uno, por Jesucristo nuestro Señor”. Amén.
viernes, 24 de octubre de 2008
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