Nightingale Lane
Clapham
30 de Abril de 1876
Queridos Amigos:
Hasta el día de ayer había albergado la placentera esperanza de predicar esta mañana, pero la noche del viernes sufrí un nuevo ataque de severo dolor, y desde entonces no he podido abandonar mi lecho. Espero que tengan paciencia para con su pobre pastor enfermo, que está ansioso por cumplir con su trabajo, pero que es incapaz de ponerse de pie, y está casi imposibilitado de pensar.
Aunque un gran dolor con frecuencia turba el juicio, yo le doy gracias a Dios porque no se me ha permitido dudar de la bondad del Señor al afligirme, y, más bien, bendigo Su santo nombre por cada dolor agudo, a la vez que le suplico que produzca algo bueno de este mal presente. Si Él es glorificado en mí o por mí, seré el más feliz de los hombres.
Amados hermanos cristianos, laboren para Jesús mientras puedan, pues ustedes también podrían ser hechos a un lado.
Ustedes, que son inconversos, busquen al Señor de inmediato, pues pronto podrían estar colocados más allá de la misericordia.
Oren para que los dos amados hermanos que amablemente han asumido mi trabajo el día de hoy, puedan tener gran éxito en su predicación. Han tenido que sortear graves inconvenientes para venir y, por tanto, merecen nuestra amorosa gratitud.
Por favor, oren por mí. Sufro mucho y a ratos me siento abatido. Sin embargo, yo sé que el Señor es bueno.
Suyo muy afectuosamente
C. H. Spurgeon
domingo, 10 de agosto de 2008
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