Ocúpense
en que su amor crezca también. Si su
amor ha sido una chispa, oren pidiendo que la chispa se haga una llama
consumidora. Si ustedes le han traído a Cristo muy poco, oren para que puedan traerle
todo lo suyo y que puedan ofrecer ese todo de tal modo que, como el frasco de
alabastro quebrado por María, el rey mismo esté satisfecho con el perfume. Pidan
que su amor se extienda más, que sientan amor por todos los santos; que sea más
práctico, que mueva cada uno de sus pensamientos, cada una de sus palabras y
cada una de sus obras; que sea más intenso, de modo que se conviertan en luces
que ardan y brillen y cuya llama sea el amor a Dios y al hombre.
C. H. Spurgeon - Un Salmo de Año Nuevo
No seamos como címbalo que retiñe.
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