La santificación es algo que depende del uso diligente de
los medios de la Escritura,
que son llamados algunas veces ‘los medios de la gracia’. Cuando hablo de
medios, tengo en mente la lectura de la Biblia, tiempos públicos y privados de oración,
la adoración pública, asistencia a la enseñanza de la Biblia, y la recepción
regular de la cena del Señor. No puedo encontrar ningún registro de ningún
santo eminente que haya descuidado alguna vez estas cosas. Así como yo no
esperaría que prosperara un granjero que se contentara con sembrar los campos y
los descuidara hasta el tiempo de la cosecha, tampoco esperaría que un creyente
alcanzara la santidad si no les prestara la debida atención a esos medios.
J. C. Riley - Aspectos de la Santidad
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