Yo pertenezco a Cristo por la redención, pero al mismo tiempo puedo estar seguro de que pertenezco al Padre: “Todo lo mío es tuyo”. ¿Confías en Cristo? Entonces tú eres uno de los elegidos de Dios. Ese sublime y profundo misterio de la predestinación no tiene que turbar el corazón de nadie que sea creyente en Cristo. Si crees en Cristo, entonces Cristo te redimió, y el Padre te eligió desde antes de la fundación del mundo. Descansa dichoso en esta firme creencia: “Todo lo mío es tuyo”.
¡Con cuánta frecuencia me he encontrado con personas que se turban por la elección! Quieren saber si son elegidas. Nadie puede venir al Padre, sino por Cristo; nadie puede llegar a la elección, sino por la redención. Si tú viniste a Cristo, y eres Su redimido, queda fuera de toda duda que fuiste escogido por Dios y que eres un elegido del Padre. “Todo lo mío es tuyo”.
C. H. Spurgeon - La Oración Pastoral de Cristo por Su Pueblo.
martes, 13 de marzo de 2012
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