Hermanos, si hay algo bueno en lo que es llamado catolicismo, o en el ritualismo, o en las modernas novedades filosóficas, que los fanáticos de esas religiones se queden con lo que encuentren ahí; nosotros no los envidiaremos, pues no podrían encontrar nada digno de obtenerse en sus formas de adoración o de creencia, que sea diferente de lo que ya tenemos en la persona del todo suficiente Salvador. ¡Qué importa que sus velas brillen radiantemente pues el sol mismo es nuestro! ¡Qué importa que sean sucesores de los apóstoles pues nosotros seguimos al Cordero mismo dondequiera que va! ¡Qué importa que sean sumamente sabios, pues nosotros habitamos con la propia Sabiduría encarnada! Déjenlos que vayan a sus cisternas, ya que nosotros nos atendremos a la fuente de agua viva. Pero en verdad no hay ninguna luz en sus luminarias; lo único que hacen es incrementar la oscuridad; son líderes ciegos de los ciegos. Ponen sus vacíos resonantes en competencia con la plenitud de Jesús, y predican otro evangelio que no es otro. La imprecación del apóstol sea sobre ellos. Ellos agregan a las palabras de Dios, y Él les añadirá sus plagas.
Sermón no.978 - Toda Plenitud en Cristo. C. H. Spurgeon
sábado, 18 de diciembre de 2010
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