jueves, 23 de octubre de 2008

Los puritanos y Spurgeon

Los puritanos eran hombres de Dios que llevaron una luz espiritual a Inglaterra, y estamparon una grandeza moral en ese país que ningún otro grupo, religioso o secular, ha logrado jamás. Sin embargo, muy pocos seres han sido más persistentemente difamados y tergiversados que ellos. La simple palabra ‘puritano’ se ha convertido en muchas partes en un término de escarnio, que implica un lóbrego fanatismo, hipocresía, estrechez de mente e intolerancia ignorante. Hoy, si alguien apoya las claras doctrinas bíblicas y la adoración sencilla, o se opone a la degradación moral, a la injusticia política, a la apostasía de la iglesia, a los juegos, al alcohol y a las diversiones nocivas, o a la secularización del día del Señor, será tildado con seguridad de ‘puritano’. El odio en contra de los puritanos fue fomentado deliberadamente por sus enemigos políticos y eclesiásticos en el reinado de Carlos II, muchos de los cuales eran enemigos declarados de la verdad y la piedad. Pero el término ‘puritano’ es un símbolo de honor; parte del vituperio de Cristo, sufrido por hombres que no temen o se avergüenzan de salir a Él, “fuera del campamento”.

El movimiento puritano se extendió más o menos desde el año de 1560, cuando la reina Isabel I estaba forzando la conformidad en la liturgia y en las ceremonias, hasta 1688, el año de la ‘Revolución Gloriosa’, cuando Guillermo de Orange, “el calvinista real”, destronó a los Estuardo. Pero los puritanos tuvieron poder y control del gobierno únicamente durante aproximadamente veinte años, de 1640 a 1660, bajo el gobierno del Señor Protector Oliver Cromwell.

El puritanismo comenzó como un movimiento de reforma dentro de la Iglesia de Inglaterra contra todas las tendencias que favorecían a la Iglesia de Roma. En 1572 los puritanos elaboraron una exposición de su posición que fue llamada La Admonición, que fue presentada al gobierno. Protestaban porque muchos ministros no tenían un verdadero llamado de Dios y eran ignorante e ineficientes; exhortaban que únicamente aquellas cosas que la Palabra de Dios ordenaba fueran aceptadas en las iglesias o expresadas en la adoración; objetaban el uso de la ‘sobrepelliz’ porque era un atuendo sacerdotal, la señal de la cruz en el bautismo como algo supersticioso, arrodillarse en la cena del Señor ya que implicaba adoración de los elementos del pan y del vino; y la observancia de diversos festivales debido a su origen pagano. Deseaban purificar los servicios de todo remanente de la enseñanza, práctica, y supersticiones de la Iglesia de Roma, y dotar a cada parroquia de un ministro sincero, de orientación espiritual y que fuera predicador. Sus principios fueron rechazados.

Cuando Jacobo I accedió al trono en el año de 1603, había más de mil clérigos puritanos que eran sólidos en teología reformada y en prácticas reformadas. Lado a lado con este movimiento dentro de la Iglesia de Inglaterra, surgió un movimiento separatista, conformado por: independientes, presbiterianos, bautistas, etc., que constituyeron las iglesias libres de la tierra. Sus principios coincidían en gran manera. Más tarde, con el Acta de Uniformidad de 1662, y la expulsión de los puritanos de la Iglesia Estatal, se aplicó el nombre ‘puritano’ a los no conformistas o inconformes.

Tres factores vitales contribuyeron grandemente al crecimiento y progreso del puritanismo: la fundación de ‘Emmanuel College’, Cambridge, (uno de los Institutos de la Universidad de Cambridge), donde se educaron muchos excelentes teólogos evangélicos. El segundo factor fue la producción de la Confesión de Fe de Westminster, que fue elaborada por la Asamblea de Westminster en el año de 1647, que expone el sistema de fe puritana y da una definición comprensiva de la doctrina calvinista con citas de la Escritura. En tercer lugar están los voluminosos escritos tanto doctrinales como prácticos de autores puritanos. Después de 1662, cuando muchas de sus voces fueron silenciadas, sus plumas estaban más activas que nunca. Solamente Richard Baxter escribió no menos de 168 libros. Los grandes nombres puritanos son: Goodwin, Baxter, Owen, Brooks, Charnock, Manton, Sibbes, Howe, Marshall, Watson, Ness, Poole-Conner, Bridges, Calamy, Clavel, Bifield, y muchos más.

El señor Spurgeon estaba empapado de los principios puritanos, de sus perspectivas, y de sus escritos. Desde su más temprana edad comenzó a leer a los puritanos. Eran sus autores favoritos. Son incomparables por su sana doctrina, fortalecimiento de la fe, dulzura del consuelo, examen del corazón y su exaltación de Cristo. Durante toda su vida, Spurgeon encendió su antorcha con el fuego puritano el cual brilló en su mano intensamente durante todo su ministerio. ¡Fue en verdad un heredero de los puritanos!

1 comentario:

  1. GLORIA A DIOS por los puritanos, DIOS PERMITA Y LEVANTE HOY EN ESTE SIGLO HOMBRES COMO ESTOS , POR FAVOR SI PODEIS ENVIARME MAS COMENTARIOS SOBRE LOS PURITANOS, Y DE ESPURGEON LOS AGRACECERIA, EL SEÑOR LOS RECONPENSARA POR EL TRABAJO DE ESTAR PUBLICANDO LAS GRANDES VERDADES DEL EVANGELIO DEL SEÑOR JESUCRISTO,,, fbyromero33@hotmail.es

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